En La Plapla nadie hace las cosas porque sí. Ni todos tienen que hacer lo mismo, al mismo tiempo. En La Plapla procuramos que los nenes sean quienes decidan en qué espacio quieren estar: el espacio literario, el sector de construcciones, el de arte...
Así, conociendo poco a poco cada lugar, estuvimos andando durante las primeras dos semanas de adaptación y el resultado fue más que alentador: los nenes ya se habituaron al nuevo espacio, empezaron a reconocer sus esquinas y a querer estar, cada día, un rato más.
Nos fuimos conociendo, empezamos a respetar nuestros tiempos, a compartir experiencias con otros y a desarrollar actividades juntos.
Ya somos un grupo. ¡Y estamos felices!
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