Sombreros listos para ir de paseo

La idea no es romper los faroles. No. Ni caminar distraídos, como hizo esa señora que todos conocemos y que con la plumita de su sombrero derribó vidrios, muchos vidrios de los faroles, y provocó el enojo del gobernador. Sí, un enojo tremendo. Tan enojado estaba, que el hombre sacó un talonario y comenzó a hacerles multas a la señora, al sombrero y a la plumita...
Lo que las plaplas del turno tarde quieren es exhibir con orgullo lo que hicieron: unos sombreros maravillosos. Divertidos, coloridos, llenos de papelitos de colores. Y así, con los sombreros puestos, salir a caminar por la ciudad. Como hacía esa señora de la canción que dramatizaron y cantaron la semana pasada. Antes de que ese paseo ocurra, y se crucen a los nenes por la calle, pasen y vean el hermoso trabajo realizado. ¡Y aplaúdanlos mucho, mucho, mucho!, como lo hicimos nosotros.