Regalo sabroso

Para este domingo, los nenes en La Plapla pusieron manos a la obra: con mucho entusiasmo y amor, hicieron las tarjetas para el dulce regalo que llevaron (¡a escondidas!) y que hoy entregarán, si pudieron resistir la tentación de darlo antes.
A todos, que pasen un hermoso día en familia. ¡Ah!, y no se olviden: ¡El que come y no convida tiene un sapo en la barriga! ¡Que disfruten mucho las cookies desayunando junto a sus hijos!

Entre letras y números

La eme de... ¡Morena!; la ese de... ¡Samuel!, la te de... ¡Tobías!. Cada día al llegar a La Plapla, después de darnos un beso y saludarnos, nos sentamos todos juntos en el piso, muy cerquita de la pizarra magnética, para ver quienes están presentes y quienes, en estos días de frío helado, tuvieron que quedarse en casa (¡achís!).
Así, van identificando las iniciales de los nombres y una vez que encuentran la letra de un compañerito que no está, cantan: "Hoy no vino, hoy faltó, en su casa se quedó, ¿qué-pa-só?" y Romi les cuenta el por qué de la ausencia ya que los papis casi siempre avisan qué ocurrió.
En un sector de la pizarra colocan la primera letra del nombre de las plaplas ausentes y, en otro sector, las iniciales de quienes están. Una vez que terminaron...¡a contar!
¿Cuántos somos hoy?. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis... entonces ¡a buscar el seis en la caja de los números! De ese modo, en el rato destinado a los ¡buenos días! o ¡buenas tardes! los nenes se van acercando y reconociendo, a las letras y los números.

Sombreros listos para ir de paseo

La idea no es romper los faroles. No. Ni caminar distraídos, como hizo esa señora que todos conocemos y que con la plumita de su sombrero derribó vidrios, muchos vidrios de los faroles, y provocó el enojo del gobernador. Sí, un enojo tremendo. Tan enojado estaba, que el hombre sacó un talonario y comenzó a hacerles multas a la señora, al sombrero y a la plumita...
Lo que las plaplas del turno tarde quieren es exhibir con orgullo lo que hicieron: unos sombreros maravillosos. Divertidos, coloridos, llenos de papelitos de colores. Y así, con los sombreros puestos, salir a caminar por la ciudad. Como hacía esa señora de la canción que dramatizaron y cantaron la semana pasada. Antes de que ese paseo ocurra, y se crucen a los nenes por la calle, pasen y vean el hermoso trabajo realizado. ¡Y aplaúdanlos mucho, mucho, mucho!, como lo hicimos nosotros.

Una tarde en la Pre Plapla

Una señora iba, muy de paseo

Rompiendo los faroles, con su sombrero
Y al ruido de los vidrios salió el gobernador
A preguntarle a la señora
-¿Por qué ha roto ese farol?...

Esa canción, que tantos papás cantaron en su infancia (¡y ojalá que todavía lo sigan haciendo!) fue la que dramatizaron, bailaron y cantaron la semana pasada las plaplas del turno tarde. Hoy, de la mano de Romi y Paula, la propuesta fue comenzar a darle forma al sombrero que mañana construirán. Para eso, cada uno tomó de la mesa el material que más le gustaba (goma eva o cartulina) y lo decoró con papelitos, témperas y plasticolas.
Así, a partir de una actividad netamente corporal que comenzó la semana pasada y sin olvidarse de la historia que cuenta la canción, los nenes disfrutaron trabajando con elementos de plástica, dándole color a lo que mañana será su sombrero... ¡para salir de paseo!

Cris nos visitó con música

Las notas musicales hoy, otra vez, inundaron con su contagiosa alegría a nuestro lugar. ¿Por qué? Porque María Cristina volvió para visitarnos. Lo más curioso, es que no llegó sola. De su mano entraron varios títeres cantores que nos hicieron saltar de la risa. A través de diferentes juegos, bailamos al compás del ritmo que ella elegía y, con la compañía de su infaltable guitarra, cantamos conocidas canciones y descubrimos una nueva. ¡Qué lindo que lo pasamos! ¡Volvé pronto, Cristina!